sábado, 26 de marzo de 2016

La ermita de La Blanca


Si buscamos Huérmeces en Bing Maps, nos llevaremos una grata sorpresa. La fotografía satelital de esta zona data de últimos de julio de 2010 y, aparte de tener una mejor resolución que Google Maps -e incluso, que el SIGPAC- lo que nos interesa se encuentra situado en las inmediaciones del Puente Miguel, al otro lado del río Urbel, en un paraje llamado La Blanca, en concreto en una parcela contigua a la huerta de Patricio.

La tradición oral recoge que allí existió una ermita. Y algún documento antiguo parece corroborarlo. Pero ahora tenemos otro tipo de prueba más tangible y exacta: una simple pero elocuente fotografía aérea.

En las periódicas imágenes del SIGPAC volcadas hasta ahora, la última de las cuales fue realizada a últimos de julio de 2014, la parcela en cuestión solía presentarse cultivada de cereal, y recién cosechada o a punto de serlo, por lo que escasas eran las probabilidades de vislumbrar algo más que un espeso trigal o su rastrojera.


Sigpac (Julio de 2014)


Lo mismo sucede con las últimas imágenes de Google Maps (junio 2015), en las que la parcela también aparece cultivada de cereal.


Google Maps (Junio de 2015)


En Bing Maps, para nuestra suerte, a finales de julio de 2010 la parcela aparece cultivada de girasol; esta oleaginosa (Helianthus annuus) posee un sistema radicular mucho más profundo que el de los cereales, lo que le permite extraer agua y nutrientes de capas de suelo no explotadas por aquéllos; aunque por otro lado, las profundas raíces del girasol tienen un escaso poder de penetración ante obstáculos tales como los suelos muy compactados; estas dos características de su sistema radicular  ocasionan que las plantas de girasol "canten" fielmente los nítidos contornos lineales de una antigua construcción: los suelos compactados en capas profundas, fruto del peso de los muros durante los siglos en los que la construcción estuvo en pie, ocasionan que encima de ellos no se desarrollen apenas las plantas del girasol.

Gracias a los girasoles, y al oportuno paso de un satélite fotógrafo, hemos reencontrado la ubicación exacta de la ermita de La Blanca.


Bing Maps (Julio de 2010)


En la esquina inferior izquierda, muy cerca del camino, observamos claramente el contorno alargado de la ermita, correctamente orientado, con la desdibujada cabecera al Este y un amago de torre -más estrecha que la nave- al Oeste.

En realidad, lo que llamamos ermita de La Blanca no era sino la iglesia de Santa María del antiguo barrio de La Parte, según se desprende de la lectura de un documento de finales del siglo XVI. (1)

Durante varios siglos, pues, convivirían dos iglesias en lo que hoy llamamos Huérmeces: la de Santa María en el Barrio de La Parte (probablemente románica) y la de San Juan (gótica o tardogótica) en el principal y más reciente núcleo poblacional. En un censo del obispado de Burgos realizado en 1588, Huérmeces aparece con 80 vecinos y 2 pilas, esto es, dos iglesias parroquiales. (2)


El Puente Miguel, La Coronilla y la Ermita de Cuesta Castillo desde la antigua ubicación de la ermita de La Blanca


Cabe suponer que dicho Barrio de La Parte constituyó un asentamiento poblacional muy anterior al actual emplazamiento del pueblo, alrededor de la iglesia de San Juan. En los primeros y aún inseguros tiempos de la repoblación altomedieval, los alrededores del castillo que supuestamente se erigía en La Coronilla, constituirían un emplazamiento mucho más adecuado que el actual.


Abundancia de restos de tejas en La Blanca


Con el devenir de los tiempos, y la posterior construcción de un puente (3) que cruzara el río Urbel como parte del Camino Real de Burgos a Aguilar, también tendría su explicación el mantenimiento  poblacional en este Barrio de La Parte, motivado quizás por las lógicas necesidades de toda ruta importante: posada, parada de postas, fragua, posible peaje en el puente, etc.


La arruinada Casa de Miguel (Casa del Arrabal) y una caseta de piedra, en el desaparecido Barrio de La Parte


En tiempos ya relativamente cercanos (1850), Madoz nos cuenta en su Diccionario que Huérmeces tiene "una iglesia parroquial (San Juan Bautista), servida por un cura párroco, tres beneficiados enteros y un sacristán, a la cual están anejas la del despoblado de Monasterio y la de Laparte." (4) Cabe suponer entonces que, a mediados del siglo XIX aún existía el edificio de la iglesia de Santa María de La Parte, aunque tuviera ya la consideración de "ermita" y en ella ya no se oficiaran bautizos ni apenas misas, al igual que sucedía con la de Monasteruelo.

Sería ya en las postrimerías del siglo XIX cuando se produjera la ruina total del edificio, y entonces la cercana ermita de Cuesta Castillo -en un cerro contiguo a La Coronilla- acabaría por ganarse las preferencias de la gente; sería entonces cuando se procediera al traslado de la imagen de la ya denominada Virgen de La Blanca a su emplazamiento actual en la iglesia de San Juan.




Es también muy probable que la pila bautismal (románica) que se conserva en la iglesia actual proceda de esta antigua iglesia de Santa María del Barrio de La Parte, trasladándose cuando esta perdió su categoría de iglesia para pasar a la de simple ermita.

La pila, una copa de 124 cm de diámetro y 89 de altura, está decorada con un bocel en la embocadura y una sucesión de arcos de medio punto. La tosquedad de su labra y la simplicidad de sus formas impiden formular una cronología precisa, aunque cabe aventurar que se trata de una obra tardía, ejecutada ya iniciado el siglo XIII. (5)




Por lo tanto, y según parece adivinarse en la fotografía aérea, la antigua iglesia de Santa María de La Parte sería un más que probable edificio románico, con ábside semicircular al Este, una nave de unos 15-16 metros de longitud y unos 6-7 de anchura y, en los pies, una torre aparentemente cuadrada y de menor planta.

También parece intuirse un muro al norte del edificio, paralelo y muy cercano a éste, que bien pudiera tratarse de parte del cerramiento de la parcela o, incluso, de la tapia del cementerio adosado a la pared norte de la iglesia, como era habitual en la zona.

Por último, cabe suponer que la parcela de la iglesia se encontrara algo más elevada que las tierras del entorno, para protegerse de las periódicas crecidas del Úrbel.






NOTAS:


(1) "Real provisión dirigida a la justicia, a petición de Juan Zorrilla de San Martín, para que se le entregue la ejecutoria del pleito que trata con Pedro Díez Fernández y Francisca Zorrilla, su mujer, vecinos de Huérmeces (Burgos), sobre la herencia de Juan Zorrilla de San Martin el Viejo, tío de esta última", de fecha 30 de marzo de 1591 (Archivo de la Real Chancillería de Valladolid; Registro de Ejecutorias, Caja 1689, 50)

(2) "Censo de población de las provincias y partidos de la Corona de Castilla en el siglo XVI", de Tomás González (1829) Biblioteca Digital de Castilla y León

(3) En los siglos XVII y XVIII este puente (hoy conocido como Puente de Miguel) se denominaba Puente del Barrio La Parte (Archivo Histórico Nacional, Cons. Leg 25001)

(4) En "Pueblos y alfoces burgaleses de la repoblación", Gonzalo Martínez Díez relaciona -erróneamente- el barrio de La Parte con el término de San Pedrillo, situado en el límite SW del término, en la raya con Santibáñez. En este término aparecieron abundantes tumbas en piedra durante los trabajos de concentración parcelaria efectuados en los años setenta del siglo pasado. En sus cercanías, también existió una ermita: la de Santorcaz.

(5) Enciclopedia del Románico. Fundación Santa María la Real. Enciclopedia del románico



La Blanca desde La Coronilla. La ermita se ubicaba en la mancha más clara que aparece en el terreno


Bing Maps (Julio de 2010)



AGRADECIMIENTOS:

A "Anguilero", que me puso sobre la pista del interesante documento de 1591 arriba referido. Documento que puede consultarse en el Portal de Archivos Españoles, PARES.

domingo, 20 de marzo de 2016

El discreto encanto de las ermitas humildes



En el cuadrante noroccidental de la provincia de Burgos, cerca ya del límite con Palencia, encontramos una serie de pequeñas ermitas que si algo tienen en común es la sencillez de sus líneas y la humildad de sus propósitos y tamaños. 

Por lo tanto, no son ermitas que destaquen por su arquitectura, valores artísticos o monumentalidad, ni siquiera por su antigüedad. Pero poseen ese encanto particular de lo popular, de lo humilde, de lo sencillo … 

En ellas no encontraremos bellas portadas románicas, ni escatológicos canecillos, ni curvilíneos ábsides, ni ventanas ricas en filigranas, tampoco recargados retablos barrocos; por el contrario, predominan las líneas rectas y los perfiles austeros, las plantas cuadradas o rectangulares, los sobrios interiores, muchas veces sencillas paredes encaladas sobre las que destaca la imagen del santo o la virgen de turno.

Algunas se levantaron en piedra, sobre todo las situadas en la zona de Amaya, mientras que las de la comarca Odra-Pisuerga suelen abundar en materiales más modestos como el adobe, el ladrillo y la madera.


Ermita de San Roque (Rezmondo)


Ermita de San Roque (Ventosa de Pisuerga)

Ermita de San Roque (Villanueva de Odra)


Ermita de San Roque (Fuenteodra)

Ermita del Pilar (Villamartín de Villadiego)


Apenas aparecen en guías turísticas ni páginas de Internet, suelen carecer de señalización alguna; no se encuentran situadas al lado de carreteras importantes y, en ocasiones, es un poco transitado camino el que conduce hasta ellas.

Las levantaron las gentes del lugar. Con sus aportaciones y con su esfuerzo. Y estas gentes continúan prestándoles sus cuidados y realizando periódicas labores de mantenimiento. Se han restaurado imágenes, rejunteado muros, recompuesto campaniles, retejado goteras. 

Se siega la hierba, se limpia el camino de acceso, se instalan bancos que invitan al caminante a mantener pausadas contemplaciones o conversaciones al abrigaño; y sobre todo, para que luzcan espléndidas el día de la virgen o santo de turno; y es que en ellas sigue celebrándose anualmente una procesión o una romería, o al menos una misa.

Ermita de Santa Ana  (Barrio de San Felices, Sotresgudo)
Ermita de San Roque (Fuenteodra)
Ermita de San Roque (Villanueva de Odra)


Tampoco se enclavan en lugares prominentes ni ocupan cerros en los que antiguamente se levantara un castillo. Casi todas son ermitas "de llanura", situadas a las afueras del pueblo, cerca de una fuente, unas bodegas o en un cruce de caminos; a veces, a mitad de camino entre varios pueblos cercanos.


Ermita de Santa Ana (Barrio de San Felices, Sotresgudo)


En cuanto a advocaciones, en esta zona es San Roque el santo ermitaño por excelencia; este santo, nacido en Montpellier en la segunda mitad del siglo XIV, es uno de los más populares del santoral cristiano; muy socorrido en épocas de pestes y enfermedades, también es considerado protector de los perros; su imagen suele mostrarle enseñando una herida en la pierna izquierda y acompañado por un perro que le ofrece una rosquilla de pan; cuenta la leyenda que fue un can el que salvó a Roque de la muerte, cuando este contrajo la peste y se retiró a un bosque para no contagiar a nadie. Su festividad se celebra el 16 de agosto

Ermita de San Roque (Quintanilla de Riofresno)

Ermita de San Roque  (Sotovellanos)


Ermita de San Roque (Ventosa de Pisuerga)

Ermita de San Roque (Villanueva de Odra) La imagen del santo se trasladó a la iglesia del pueblo



Tal es su humildad que ni siquiera la potestad registradora de la Iglesia se ha fijado en ellas, como ha sucedido con otras de mayor valor arquitectónico. Aunque si lo hubiera intentado, seguro que las gentes del lugar también habrían defendido lo suyo.

Una lista -incompleta- de este tipo de ermitas estaría compuesta por las nueve siguientes: tres en la zona de Amaya y seis en la del Odra-Pisuerga:



1.                Ermita de San Roque (Fuenteodra)





Situada en un punto casi equidistante a los tres pueblos más cercanos (Fuenteodra, Rebolledo Traspeña y Villamartín), en ella se celebra una Romería anual el día del santo (16 agosto). Se trata de una recia construcción en piedra de la zona, con la impresionante mole de la Peña Amaya al fondo.


2.                Ermita del Pilar (Villamartín de Villadiego)








Situada a la entrada del pueblo, cerca de una antigua fuente. También construida en piedra, su cabecera aparece claramente diferenciada de la nave, y podría tener un origen algo más antiguo al del resto de las ermitas aquí descritas; destaca su cuidado interior, habiendo sido rehabilitado no ha mucho el conjunto del edificio.


3.                Ermita del Pilar (Peones de Amaya)




La más pequeña de todas, más oratorio que ermita; ha sido totalmente rehabilitada hace pocos años. Con un banco corrido en sus paredes SE y SW, está situada al lado de la carretera de acceso al pueblo. Como telón de fondo, aunque un poco más alejada, la Peña Amaya.


4.                Ermita de San Roque (Sotovellanos)



Ermita austera y de reducidas dimensiones; la pared de la izquierda fue restaurada en parte en el año 1936; más recientemente, se levantaron los dos pilares de ladrillo que soportan la visera de entrada.


5.                Ermita de Santa Ana (Barrio de San Felices, Sotresgudo)




Construcción de planta rectangular y muros de mampostería con sillares en las esquinas. Situada a la salida del pueblo en dirección a Sotresgudo; dos escaleras de hormigón a la entrada, con una bonita puerta de madera; rodeada de ciruelos de flor (Prunus pissardii), en una cuidada campa.


6.                Ermita de San Roque (Quintanilla de Riofresno)




La ermita de San Roque antes de su reciente reforma  (Fotografía: Motta, Wikipedia: "Quintanilla de Río Fresno")


Pequeño edificio con muros de mampostería y pórtico de adobe y madera. Ha necesitado una rehabilitación integral muy recientemente (2014), y se le ha añadido un moderno campanil. Destaca al fondo la espadaña tardo-románica, de tres niveles y nido de cigüeña, de la iglesia de San Román.


7.                Ermita de San Roque (Rezmondo)



En mi opinión, la ermita con más encanto de todas. La única situada en un lugar prominente: en la parte alta del pueblo, con buenas vistas sobre el entorno. De planta casi cuadrada, está rodeada de un porche por los cuatro costados. Se celebra una misa el día del Santo, el ya referido 16 de agosto.


8.                Ermita de San Roque (Villanueva de Odra)






De las tres ermitas con que cuenta el pueblo, únicamente la de Santa María Magdalena ha resultado afortunada con el devenir de los tiempos. Las otras dos se han visto reconvertidas en almacén (Santa Brígida) y en pura ruina (San Roque). Esta última, hace tiempo cerrada al culto, y de tamaño considerable (8 x 20 m) para su modestia artística, se encuentra a la salida del pueblo en dirección a Tapia. Su pared norte, la más expuesta a las inclemencias del tiempo, está levantada en adobe, fruto quizá de algún antiguo derrumbre de la original. Rodeada de matas y arbustos, se mantiene en pie de milagro, pero quién sabe por cuanto tiempo más. Las dovelas que forman su puerta de acceso son de grandes dimensiones.


9.                Ermita de San Roque (Ventosa de Pisuerga)




Aunque el pueblo pertenezca a la provincia de Palencia, esta curiosa ermita merece su inclusión en la lista. Aunque todo el edificio está levantado en ladrillo, éste se ha utilizado de la manera más ornamental posible, consiguiéndose un más que meritorio resultado.


Por si alguien se anima a seguir esta atípica "ruta de las ermitas humildes" o "ruta de las ermitas con encanto", cuelgo un mapa con la situación (subrayada en verde) de cada una de las nueve de la lista. Hay muchas más, esta es solo una -también humilde- muestra.

A la derecha, ermita de San Roque y el camino de Fuenteodra; en el centro, Villamartín de Villadiego






domingo, 13 de marzo de 2016

Huérmeces en la cartografía antigua (I)



En el mapa provincial de Tomas López (1784)


Es habitual que Huérmeces (Guermeces) aparezca en mapas y cartas geográficas de los siglos XVIII y XIX, debido no tanto al tamaño de la población -que era limitado- como a que el pueblo se encontraba situado en la entonces importante ruta Burgos-Aguilar-Reinosa-Santander.

Tampoco carece de importancia el hecho de que en su término se levantaba un puente de gran relevancia estratégica para dicha ruta: el hoy denominado Puente de Miguel, por el que se cruzaba el río Urbel y se seguía por el Camino del Alto la Cruz hacia La Pinza y Urbel del Castillo.

Por otra parte, su redonda distancia a Burgos (5 leguas) convertía a Huérmeces en la primera posta desde la capital provincial.

Una de las primeras apariciones cartográficas de Huérmeces acontece en una obra conocida como el Mapa provincial de Tomás López (1784), cuyo título completo es un poco más largo, como reza su cartela:

“Mapa geográfico de una parte de la provincia de Burgos, que comprehende los partidos de Burgos, Bureva, Castroxeriz, Candernuño, Villadiego, Juarros, Aranda, los Valles de Sedano, Valdelaguna, Bezana, Jurisdicción de Lara, la Hoz de Bricia y la de Arreba; por Don Tomas Lopez, geógrafo y pensionista de S.M. de las Reales Academias de la Historia, de San Fernando, de la de Buenas Letras de Sevilla y de la Sociedad Bascongada”





En dicho mapa, localizamos sin dificultad tanto a Huérmeces como al resto de los pueblos del entorno, aunque con los lógicos errores en cuanto a la situación relativa de cada uno. La latitud y longitud eran entonces conceptos algo más flexibles que hoy en día.


Así, Monasteruelo aparece entre Quintanilla y Pantaleón, mucho más al norte de su posición correcta; la distancia entre Santibáñez y Miñón (2 km) parece ser similar, o incluso superior, a la existente entre Santibáñez y Huérmeces (4,5 km); San Martín y Ubierna aparecen al Norte de Huérmeces; para ir de Ros a Los Tremellos se pasaba por Las Celadas, y los tres pueblos se encuentran a la misma latitud, cuando en realidad Los Tremellos está 3 km más al norte que los otros dos pueblos; etc. 

Como curiosidades, observamos la leyenda “Origen del río Ubierna” correctamente situada encima de Quintanilla Sobresierra; “Monte de Montorio”, en la masa forestal situada entre Montorio y San Martín de Ubierna; también destaca el limpio triángulo de caminos formado por los tres barrios de Las Hormazas (La Parte, Solano y Borcos) aunque con este último muy desplazado hacia el sur. Además del puente de Huérmeces, encontramos otros sobre el río Urbel entre Santibáñez y Ros, entre Montorio y La Nuez de Arriba, y en las cercanías del pueblo homónimo.

Si nos fijamos en el recorrido de la ruta Burgos-Quintanadueñas-Arroyal-Santibáñez-Huérmeces, embrión de la futura BU-622 de Burgos a Aguilar, encontramos que el camino abandona la capital y alcanza Villagonzalo y Quintanadueñas, dónde cruza el río después de este último –en lugar de antes, como en realidad sucede-, continúa por Arroyal y, desde aquí, parten tres caminos: hacia Mansilla, Santibáñez y Celadilla. Para alcanzar este último, cruza antes el Ubierna, algo completamente imposible sin dar un incongruente rodeo por Quintanaortuño.

Cabe suponer que el Camino Real hacia Aguilar y Reinosa era el que se dirigía directamente a Mansilla o Santibáñez. Desde éstos se alcanzaría fácilmente Huérmeces, cruzando el Urbel por el Puente Miguel y ascendiendo el Alto la Cruz camino de Ruyales.  

Tomás López de Vargas Machuca (1730-1802) fue un geógrafo y prolífico cartógrafo español del período ilustrado, además de un excelente grabador. Durante su larga vida profesional realizó 200 mapas. Más de doscientos años después de su muerte, sus métodos de trabajo y calidad de los mismos siguen siendo objeto de discusión.

Inició sus estudios en el Colegio Imperial de Madrid, donde aprendió matemáticas, gramática y retórica. Gracias al mecenazgo del Marqués de la Ensenada, pudo continuar su formación en París durante ocho años (1752-1760), teniendo por maestro al gran geógrafo Juan Bautista Bourguignon d’Anville.

De nuevo en España, recibió el título de geógrafo de los dominios de Su Magestad y fue colocado al mando del nuevo Gabinete de Geografía creado por el monarca Carlos III. El principal proyecto en el que trabajó fue el levantamiento de mapas de las diversas regiones y Reinos de España y de América, dadas las carencias cartográficas de las que adolecía el país.

López gozó de un importante reconocimiento en vida, siendo miembro destacado de varias academias y sociedades: la Real Academia de San Fernando, la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País, la Academia de Bellas Letras de Sevilla, la Real Academia de la Historia y la Real Sociedad Asturiana de Amigos del País.

Y ahora la crítica: en toda la obra cartográfica de Tomás López se manifiesta su falta de precisión, consecuencia lógica del propio método de trabajo utilizado, sin apenas labores de campo ni cálculo matemático alguno; también se le achacó su carencia de preparación científica.

Se conserva el Cuestionario que remitió a “obispos, curas y párrocos”, pidiendo los datos necesarios para localizar los lugares, en el que rogaba le remitiesen:

“una especie de mapas o planos de sus respectivos territorios en dos o tres leguas en contorno de su pueblo, donde pondrán las ciudades, Villas, Lugares, Aldeas, Granjas, Caseríos, Ermitas, Ventas, Molinos, Despoblados, Ríos, Arroyos, Sierras, Montes, Bosques, Caminos, etc, que aunque no estén hechos como de mano de un profesor, nos contentamos con sólo una idea o borrón del terreno; porque los arreglaremos dándoles la última mano”.

Las respuestas, como era de esperar, fueron de lo más variopinto, desde lo medianamente aceptable -por cercano a la realidad- hasta lo más hilarante o imcomprensible.

Las deficiencias de sus mapas eran bien conocidas, pero se evidenciaron sobremanera en la Guerra de la Independencia, en la que tanto el Estado Mayor francés como el británico se vieron en la necesidad de improvisar su cartografía, vista la inutilidad de la de López, que era la mejor existente en España.

Tras su muerte, sus dos hijos -también destacados geógrafos- publicaron en 1804 una obra de gran éxito, el “Atlas Geográfico de España”, que contenia un total de 102 mapas, y que sería reeditado en 1810, 1830 y 1844.

El referido “Mapa geográfico de una parte de la provincia de Burgos” es parte integrante (hojas 6 a 9) de esa ingente obra, cuyo título completo es “Atlas Geográfico de España, que comprehende el mapa general del Reyno, y los particulares de sus provincias” .


Como curiosidad, cabe citarse que en dos mapas de España un poco más antiguos que este provincial de López de 1784, ambos realizados al comienzo del reinado de Carlos III (1759-1788), la ruta Burgos-Aguilar parece seguir un recorrido diferente:


En el mapa “Carte d’Espagne et de Portugal” (1760), de Sebastian Longchamps, editado en Paris, la ruta pasa por Ros y Urbel, obviando el paso por Huérmeces.


Lo mismo sucede en el “Mapa de las carreras de postas de España” (1760), encargado por Correos, Postas y Estafetas al referido Tomás López.



Diferencias de escala aparte, parece extraño que una ruta tan importante como la Burgos-Aguilar siguiera recorrido diferente en un lapso de tiempo relativamente pequeño (poco más de veinte años). Podría tratarse de un error cartográfico o, más bien, de la consecuencia de una de las frecuentes riadas destructoras que soportaba el valle medio y bajo del Urbel (está documentada la del 6 de enero de 1758); seguramente, una de ellas se llevaría por delante el Puente de Miguel, obligando a cruzar el río algo más abajo, a la altura de Miñón-Santibáñez, afrontando la subida al páramo por Ros en lugar de por Huérmeces y el Alto La Cruz.

Avanzado ya el reinado de Carlos III, que trajo consigo una notable mejoría en la calidad y cantidad de obra pública, se repararía dicho puente y la ruta volvería al recorrido habitual. Pero estas son tan solo suposiciones.


NOTAS:
En los siglos XVII y XVIII el referido Puente de Miguel se denominaba Puente del Barrio La Parte; ya en 1640 el Concejo exponía que tenían un puente de piedra “necesarísimo a todo el reino porque es este el paso preciso para los puertos de Santander, Laredo y San Vicente y por el se conducen a esta Corte los pescados y demás cosas y a las ferias de Villadiego y para el trato y comercio…” (AHN, Cons. leg 25.001.)

Portales digitales desde los que se han descargado los mapas incluidos en esta entrada: